24 de diciembre de 2012

Ready Player One, de Ernest Cline

Existe una página en internet que sin duda, después de Cracked y la Wikipedia, se lleva el premio a la más visitada por mí. No recuerdo exactamente cómo la descubrí, pero una vez que probé, no pude parar. Esta página es TVTropes, donde el sarcasmo y la hilaridad se desbordan a partes iguales. Aparte de reírme como nunca, he conocido una cantidad enorme de libros, películas, series, juegos y datos curiosos de mi interés, a través de su sistema de tropes.

Fue allí, y no recuerdo en qué trope exactamente, donde conocí Ready Player One, de Ernest Cline. Nunca había oído de la novela antes, e interesándome de inmediato, busqué una sinopsis. Pensé con cierto desánimo que un libro tal tardaría un montón en llegar aquí, y grande fue mi sorpresa cuando al revisar la página de la librería donde suelo comprar, descubrí que llevaba bastante en el país. Por lo que, revisando si estaba disponible en la librería del mall cercano a mi universidad, me planté un día no muy lejano en su entrada.

Había memorizado la portada de la edición en español, por lo que sabía exactamente qué buscar. Me convencí de que no lo compraría, y dejé a propósito el dinero en casa. Sin embargo, después de encontrarlo en un rinconcito, no resistí y eché mano a la tarjeta de emergencias y llegué a mi casa a devolver el dinero de mi compra de no-emergencia a mi madre.

Después de leer algunos pendientes, me lo llevé a un paseo del trabajo al que fui con mi familia. Sentada en una banca a la mesa, mientras el resto conversaba, nadaba en la piscina o exploraba por ahí, yo abrí mi libro, y a pesar del ruido, comencé a caer en el agujero del papel y entrar en la historia del, según algún tipo del USA Today, el freak más hot del planeta.


Sinopsis
Estamos en el año 2044 y, como el resto de la humanidad, Wade Watts prefiere mil veces el videojuego de OASIS al cada vez más sombrío mundo real. Se asegura que esconde las diabólicas piezas de un rompecabezas cuya resolución conduce a una fortuna incalculable. Las claves del enigma están basadas en la cultura de finales del siglo XX y, durante años, millones de humanos han intentado dar con ellas, sin éxito. De repente, Wade logra resolver el primer rompecabezas del premio, y, a partir de ese momento, debe competir contra miles de jugadores para conseguir el trofeo. La única forma de sobrevivir es ganar; pero para hacerlo tendrá que abandonar su existencia virtual y enfrentarse a la vida y al amor en el mundo real, del que siempre ha intentado escapar.



Opinión Personal
Oasis es un videojuego de simulación increíblemente masivo, en el que puede hacerse lo imaginado y por imaginar, y que además es gratis: una verdadera utopía. El planeta, por el contrario, ha empeorado considerablemente: constantes guerras, crisis energética, hambruna, cambios climáticos y la radioactividad. El contraste es inmenso, por lo que resulta evidente que la mayoría de las personas preferirían pasarse el tiempo en el mundo virtual, que gracias a la gran tecnología es apenas diferente del real. Y aquí es donde encontramos a nuestro protagonista, Wade Watts, que se refugia en Oasis al punto que incluso asiste a la escuela pública virtual. Su gran aventura comienza con la muerte de James Halliday, creador de Oasis, quien decide heredar su fortuna a quien la desee. ¿El truco? Encontrar el Huevo de Pascua, resolviendo los puzzles, encontrando tres llaves y abriendo tres puertas.

La Cacería del Huevo, el objeto que asegurará la fortuna de Halliday al ganador, comienza entonces, con miles de egg hunters  – gunters – siguiendo el Almanaque de Anorak, una especie de Biblia que el creador de Oasis ha dejado. El Almanaque no es más que una cantidad increíble de experiencias, obsesiones y opiniones sobre miles de cosas con algo en común: la década de los ochenta. Así, los años dorados con toda su cultura, entretenimiento y costumbres vuelve a ponerse de moda. 

Wade es un chiquillo huérfano con una memoria prodigiosa, una capacidad sorprendente para los juegos antiguos y un gran entendido en programación y aparatos electrónicos. En resumen, sus conocimientos se reducen a lo que considera necesario para La Cacería, y su relación con el mundo real es breve y superficial. Vive en una caravana fija con su tía y su novio, y accede a Oasis con la consola, guantes hápticos y el visor que entrega la escuela a sus estudiantes virtuales. ¿Qué planea hacer con su vida? Pues, simplemente, encontrar el Huevo y ganar millones, tal vez parte porque el mundo real le espanta, parte porque no se considera realmente bueno para nada más. 

Dejando de lado a Parzival, el avatar de Wade, conocemos los avatares Art3mis, su interés romántico y gunter de alto nivel; Hache, su mejor amigo y hábil luchador en batallas PvP; y Daito y Shoto, dos hermanos japoneses bastante herméticos. Entre los antagonistas, encontramos a los sixers, avatares de los empleados de IOI, una empresa muy poderosa que planea ganar La Cacería para sacar mayor provecho económico a Oasis. 

La historia es increíble y llena de adrenalina. Aunque no me considero totalmente una geek, bueno, me encontré con una cantidad de homenaje a libros, películas, series y demás que yo conozco y/o me gustan, que por supuesto me encantó. Los personajes son complejos y yo, como antisocial, hermética y sumida en mi propio mundo, me sentí identificada con varios de ellos. Me encariñé prácticamente con todos, aunque admito que Art3mis, o como terminé considerándola, Miss Perfecta, fue demasiado para mí. Para describir la sensación que me provocó, recurriré a un recuerdo antiguo: La Melancolía de Haruhi Suzumiya. En algún tiempo yo fui una otaku-con-vuelta-atrás, y como siempre he amado la lectura y Haruhi consiste en varias novelas, las busqué y comencé a sumergirme en su loco mundo. Y ahí, Kyon, quien relata la historia, está enganchado de Mikuru, otra Miss Perfecta. Tiene que ver en que había páginas enteras en que Kyon se dedicaba a describirnos la belleza de su objeto de admiración, su perfección y cómo parecía una imagen divina en comparación con el resto. Y es que Wade hace lo mismo, y hubo un momento en que sólo podía alejar el libro, poner los ojos en blanco, suspirar, e intentarlo de nuevo. No le agarré odio alguno a Art3mis, pero me cansó bastante y hasta el final seguía apareciendo la más inteligente, la más fuerte, la más buena, la que siempre tiene razón. Un personaje que sí me gustó mucho, aparte de Wade, fue Hache, que tiene carácter y es poderoso, pero aparece temperamental y contando con defectos.

No sé qué más decir. La acción es estupenda, y terminé los últimos capítulos escuchando AC/DC. Me gustó el contraste entre la realidad y lo virtual, el mundo soñado en que cualquiera quisiera vivir y las ruinas de la sociedad real. Y aún así, para el final, queda ese mensaje en el aire, ese que dice que es mejor apagar los aparatitos de lado de vez en cuando y salir a dar un paseo al aire libre.

Sobre el autor
Ernest Cline nació en Ohio, Estados Unidos, en 1972. Es poeta, escritor y guionista, y Ready Player One (2011) es su primera novela. Actualmente ya ha vendido los derechos a la Warner Bros., que proyecta hacer una gran producción, con el propio Cline como guionista.
2 de diciembre de 2012

Valor de Ley, de Charles Portis

He escuchado ya bastantes historias de herencias de libros, de compañeros de curso, conocidos, y camaradas en la web. Un punto que suele repetirse, es que muchas mujeres comentan cómo sus madres les mostraron Mujercitas, de Louisa May Alcott, durante su infancia y que ello influenció sus gustos literarios posteriores. Bueno, yo jamás recibí Mujercitas, ni libro alguno que se le pareciera, pero en vez de eso veía a mi mamá leer a Dostoyevski y ver películas de Tarantino.

La razón por la que cuento eso es porque, creo, que mi madre no leyese novelas así me influyó mucho. Mi padre es cuento aparte, porque era natural que él me mostrara ciencia ficción, westerns y motocicletas. Así pues, yo soñaba con ser detective, como Sherlock Holmes; con vivir una aventura terrorífica, como en una historia de Edgar Allan Poe; con cazar replicantes como Rick Deckard, y con vivir en el Lejano Oeste. 

No, yo nunca soñé con nada que no tuviese escrito testosterona con mayúsculas, a menos que fuera algo simbólico, reflexivo, o infantil. Ahora que soy mayor y congenio en mayor medida con gente de mi propio género, puedo sentarme en un sillón y leer a Jane Austen con las mismas ganas y la misma alegría. Pero en mi infancia, cuando mi mente abandonaba el mundo real y volaba a tiempos distantes, no imaginaba mi vida ideal como la damisela, sino como el forajido asalta bancos o el implacable comisario que lo persigue.

Sin saber por dónde buscar, tardé mucho en encontrar un western que leer. Pero lo ayuda cayó del cielo en la forma de True Grit, una película de los hermanos Coen que adaptaba una novela clásica del Oeste. Demás está decir que, sexagenario y todo, me enamoré de Jeff Bridges en tres segundos. Cualquiera que haga el papel de un tipo rudo entra en mi lista de favoritos. 

Fue una suerte que fueran los Coen los encargados de esta nueva adaptación – existe una de 1969 protagonizada por el legendario John Wayne – puesto que son conocidos, y como la película llegó aquí, el libro también lo hizo. Así pues, tenía algo que leer y hace unos meses, escuchando música de Ennio Morricone en el computador, me levanté y dije: quiero ese libro. Unos días después ya lo tenía en mis manos, y tras terminar algunos pendientes, entré de lleno a esa época que tanto me ha cautivado durante toda mi vida.

Sinopsis
Dicen que no se puede saber qué anida en el corazón de un hombre. En un viaje para comprar caballos, Frank Ross es asesinado por uno de sus trabajadores por una montura, ciento cincuenta dólares y dos piezas de oro. Con catorce años, Mattie, la hija de Ross, está dispuesta a vengar una muerte que ha quedado impune y a reclamar el cuerpo de su padre. Recurrirá al comisario más implacable y cruel de Arkansas, el Tuerto Rooster Cogburn. Se adentrará en el territorio indio si es necesario. Luchará contra cualquier forajido. Porque Mattie quiere demostrar que el suyo es un corazón noble. Y que su valor es de ley.

Opinión Personal
Mis expectativas eran tan altas como un rascacielos, y aunque lo compré más segura que nunca, comencé a leerlo asustada de que no fuese lo que esperaba. Sin embargo, mis dudas no tenían razón de ser, puesto que Valor de Ley era precisamente lo que estaba buscando.

Mattie Ross es una muchacha de catorce años que lleva una vida tranquila en Dardanelle, Arkansas, hasta que un hombre al que su padre acogió, Tom Chaney, lo asesina a sangre fría. Es entonces que viaja a Fort Smith a recuperar su cuerpo, para después enviarlo de vuelta a su hogar en tren y buscar un hombre con agallas para perseguir a Chaney al Territorio Indio y hacerlo pagar por sus crímenes. El hombre a quien Mattie recurre es Rooster Cogburn, el comisario más cruel e implacable. 

Otro hombre, un Texas Ranger llamado LeBoeuf, llega a Fort Smith buscando a Chaney por otro asesinato ocurrido meses antes, y decide unir fuerzas con Cogburn. Mattie, por otro lado, y pese a que ambos hombres son increíblemente testarudos, logra unírseles. Porque ella no solo es testaruda también, sino que además tiene coraje.

La venganza es un tema muy importante dentro de la novela. Lo que mueve a Mattie a dejar plantados a su madre, a sus hermanos, y a su abogado que planea ir a buscarla a Fort Smith es el puro deseo de vengarse de un miserable al que nadie se atrevió a enfrentar antes de que huyese.

La crueldad, el camino a la adultez y el valor indestructible son otros de los temas principales. No dejé de admirarme de las agallas de Mattie, que sin importar el terror que pueda sentir logra mantener la cabeza fría, y no sólo pararse sin miedo delante de criminales, sino que también delante de Cogburn y LeBoeuf. La relación entre ellos me pareció perfecta y con una gran cuota de humor, puesto que siento que los tres, incluso Mattie, son unos pelmazos con un corazón de oro.

El ritmo en sí es rápido, aunque por supuesto en comparación con la mitad de pura y frenética acción, la parte inicial que detalla el viaje a Fort Smith y cómo Mattie conoce al comisario y al texano puede parecer más lenta. Yo la disfruté igualmente, y me hizo mucha gracia cómo la muchacha no tenía pelos en la lengua para nada. El final es bastante agridulce y me saltaron las lágrimas a los ojos, pero igualmente quedé contentísima con la lectura.

Mi libro es exactamente igual al de la foto de arriba (hasta ahora ha sido así con cada reseña en que he podido encontrar la portada en internet), así que no pude evitar imaginármelos así. Cuando Rooster contaba sus peripecias de joven, yo me lo imaginaba como un Jeff Bridges joven sosteniendo las riendas con los dientes y lanzándose de frente a siete hombres, un revólver en cada mano, descargando una lluvia de disparos y haciéndoles retroceder. Imagino que a estas alturas habrán notado que Rooster es lejos uno de mis personajes más queridos en la vida, y lo admiro profundamente.

Por último, quiero destacar el gran, gran título que Mr. Portis ha elegido para su obra. True Grit. Me resulta un poco complejo traducirlo exactamente, pero sin duda el que más refleja la sensación del original es Temple de Acero, título que dieron a la película en Latinoamérica. La sensación de valor, resistencia, determinación y fuerza de voluntad.


Sobre el autor
Charles Portis nació el 28 de diciembre de 1933 en Arkansas, Estados Unidos, lugar donde se crió y aún vive. Escritor y periodista, es reconocido por sus novelas Norwood (1966) y el clásico western Valor de Ley (1968), siendo esta última considerada como una de las Grandes Novelas Americanas y que ha sido adaptada al cine en 1969, protagonizada por John Wayne, y en 2010, protagonizada por Jeff Bridges.






23 de noviembre de 2012

Hugo

Hace una semana, exactamente, ya había leído y reseñado La Invención de Hugo Cabret. Dejé bien en claro que conocí el libro por la película de Scorsese, Hugo, y que si bien no la había visto ni me había llamado mucho la atención, había picado mi curiosidad lo suficiente para motivarme a comprarlo.

Ahora bien, inmediatamente después de leer la novela, me dispuse a ver la película. Y aquí entra la famosa Ley de Murphy, que muchos de ustedes ya conocerán a estas alturas de la vida, y que dice, en resumidas cuentas, así:

Todo lo que puede salir mal, saldrá mal.

¿Qué tiene que ver esto con la película? Simplemente en que la Ley de Murphy se paró frente a mí, y sin previo aviso, me abofeteó con todo lo que tenía. Porque estuve jueves, el día que terminé el libro, buscando la película, y cuando la encontré y descargué, proceso que duró unas dos o tres horas, estaba doblada en que se yo qué idioma. El viernes seguí buscando y cuando me aburrí traté de verla en Cuevana, y cuando se me ocurre cerrar el Mac un momento, me aparece una ventanita diciendo que la carga se interrumpió y no pude sacarlo. El día siguiente volví a intentarlo, y pasé unas tres horas tratando de cargar la película en Cuevana, y sólo logré ver la mitad; hubiera seguido de no ser porque tuve que cerrar el Mac para comer con mi familia, y la ventanita volvió para vengarse. Traté de descargarla y cuando me dio sueño volví a cerrar el Mac, y el archivo quedó incompleto. Al final el domingo, después de la tercera vez tratando de verla en Cuevana y que no funcionó, logré descargarla y me amanecí terminando de verla. 
Si me hubiera interesado menos, hubiese tirado la toalla al segundo intento. Pero tenía unas ganas locas de ver cómo había resultado esta adaptación, así que armé de toda la paciencia del mundo y cuando terminé de ver Hugo, sentí que todo valió la pena. 

Sinopsis
Cuenta la historia de un niño huérfano que vive una vida secreta entre las paredes de una estación de trenes de París. Cuando Hugo se encuentra con una máquina rota, una excéntrica niña y el frío y reservado hombre encargado de una juguetería, se ve envuelto en una aventura mágica y misteriosa que puede poner en riesgo todos sus secretos.

Opinión Personal
Brian Selznick, el autor del libro en que está basada, calificó la película como lo más hermoso que jamás haya visto. Y yo, después de lograr verla, no puedo menos que coincidir con su opinión.

Es, en rasgos generales, bastante fiel al libro, pero quien lo ha leído nota enseguida los cambios efectuados a ciertos personajes y situaciones. Me considero en general una persona abierta de mente en lo referente a las adaptaciones, aunque admito que en un principio sentí el cambio innecesario. A medida que avanzaba, me di cuenta que en lugar de debilitar a los personajes, sólo los fortalecía. Es así como Hugo logra mantener la esencia de la novela, y aún así tener encanto propio.

Se cuidaron todos los detalles, incluso los más pequeños, de tal modo que es posible sentir como si nos encontrásemos en París, en la misma estación que Hugo, corriendo entre la multitud, dentro de las paredes, viendo al autómata con nuestros propios ojos. El vestuario y escenografía, la selección musical, los juegos de luces, la cinematografía y el excelente reparto; todo es de la más alta calidad. Pero lo más importante, en mi humilde opinión, no reside allí, puesto que tiene ese algo que nos conmueve hasta las lágrimas y nos deja esa sensación de alegría en el pecho. Y esto debe de ser lo que Scorsese quería transmitir, puesto que él mismo, como cinéfilo, nos muestra a través de la película una breve visión de sus inicios e historia, y cómo estas películas antiguas triunfaron no por sus efectos especiales, sino porque tenían algo que no podía comprarse: tenían corazón.

Reí, lloré lágrimas de cocodrilo, y me dejé impresionar por una historia que se siente real, cercana, y es increíblemente emotiva. Soy incapaz de quedarme con un sólo personaje, porque me enamoré de todos y cada uno de ellos. Cuando finalizó la reproducción, no pude menos que pensar que las molestias extra no eran más que para convencerme de que estaba a punto de ver algo extra especial.

Por último, mis recomendaciones: si van a verla online, Cuevana es una pésima opción. Y el trailer muestra prácticamente cada detalle importante en la trama, así que sugiero que lo pasen por alto. 
17 de noviembre de 2012

La Invención de Hugo Cabret, de Brian Selznick

Imagino que muchos de ustedes se habrán enterado de la existencia de la película Hugo, dirigida por Martin Scorsese. No tengo idea por qué no me llamó lo suficiente para verla, tal vez me distraje un poco. El punto es que cuando supe que estaba basada en un libro, y tuve la oportunidad de comprarlo a un tercio de su precio original en la Feria Internacional del Libro de Santiago, me hice con él de inmediato.

Unas semanas antes estuve en una librería cerca de mi universidad y vi muchos ejemplares de La Invención de Hugo Cabret, y pensé que sencillamente no lo leería. Ni siquiera revisé algunas páginas, simplemente pasé de largo. Luego, cuando entré a la Feria y lo vi, oí el tic, ese algo en mi interior que me aseguraba que era un buen libro. Así es como he elegido todos mis libros hasta ahora, y pensé que una vez más estaría es lo cierto. El jueves he terminado de leerlo y rayos, no me equivoqué en absoluto.

Sinopsis
Huérfano, relojero y ladrón, Hugo vive entre los muros de una ajetreada estación parisina de ferrocarriles. Si quiere sobrevivir, nadie debe saber de su existencia. Sin embargo, un día tiene un descuido y es descubierto por una excéntrica chica, amante de los libros y por un viejo y amargado juguetero. Y ya nada será como antes.
Un críptico dibujo, un valioso cuaderno de notas, una llave robada, un autómata y un mensaje oculto del difunto padre de Hugo son algunas de las claves de un intrincado misterio.

Opinión Personal
A sus cortos doce años, Hugo Cabret está solo en el mundo. Su padre ha muerto, y su tío, quien se había hecho cargo de él tras la muerte de su progenitor, ha desaparecido sin explicación alguna. Aterrado ante la idea de ser descubierto por el Inspector de la estación de trenes en que vive y ser enviado al orfanato, decide pretender que su tío sigue trabajando como relojero allí, y debe arreglar todos los relojes del lugar diariamente. Sin dinero, Hugo se ve obligado a robar; pero no sólo robará comida, sino que también juguetes, los cuales desarmará en su afán por reparar el descubrimiento y obsesión de su padre en vida: un autómata.

No obstante, pese a sus numerosas precauciones, es descubierto por el viejo juguetero y una niña que siempre ve en su tienda. Es entonces cuando su vida da un vuelco, y aunque sus miedos más profundos parecen acercarse tan rápidamente como una locomotora a toda marcha, la clave para resolver el misterio que encierra el autómata nunca estuvo tan cercana.

La Invención de Hugo Cabret desborda originalidad e ingenio, y mantiene al lector en la incertidumbre hasta el mismísimo final. Es un libro que se lee muy rápido, dotado de bellísimas ilustraciones y fotografías, las cuales aportan agilidad y una especie de sensación cinematográfica a la narración. Me faltan las palabras para describir el inmenso placer que supuso la lectura, y me encontré sonriendo, llorando, riendo y ansiosa por develar el misterio en innumerables ocasiones. No carece en absoluto de instancias que motivan la reflexión, y algunos de los mensajes que más me inspiraron fueron: la certeza de que cada uno tiene una razón de ser en el mundo, y que nuestra existencia, incluso en los momentos en que no lo creemos, es importante; y que nunca debemos dejar de perseguir nuestros sueños.

Alude a libros, películas y otras obras que son parte de la vida real durante el relato, así como a Georges Méliès, un ilusionista y cineasta francés quien en general conocido, y aquí me incluyo, por la fotografía de la luna con un cohete en su ojo, parte de la película muda A Trip to the Moon (1902). Por años me pregunté cuál sería su origen, hasta que gracias a este maravilloso y conmovedor libro lo he descubierto, y con ello ha surgido un creciente interés en sus películas y su obra. Esta relación con la realidad me hace pensar que, aún cuando tiene un tono algo fantástico, es una historia que cabe dentro de lo posible.

Atesoraré por siempre en mi memoria y mi corazón La Invención de Hugo Cabret, y como anécdota, puedo decir que estuve hasta el final deseosa de saber cuál era exactamente la invención de Hugo, y cuando lo supe, no pude menos que quedarme boquiabierta.

Sobre el autor

Brian Selznick nació el 14 de julio de 1966 en East Brunswick Township, Nueva Jersey, Estados Unidos. Escritor e ilustrador de libros infantiles y juveniles, entre los que destacan La Invención de Hugo Cabret (2007), obra por la cual recibió la Medalla Caldecott en 2008 y que cuenta con una adaptación de Martin Scorsese, Wonderstruck (2011).







Fotoreseña: La Invención de Hugo Cabret, de Brian Selznick


La Invención de Hugo Cabret es un libro muy singular. No sé cómo calificarlo específicamente, puesto que no se compone enteramente de texto, sino que está dotado de hermosas ilustraciones y fotografías que son vitales en su argumento. Es, de este modo, una novela, una novela gráfica, un libro ilustrado, una película; una combinación de todas ellas. Es así como éste libro, sin siquiera conocer su historia, llama de inmediato la atención.

Admito que la sorpresa me la llevé en mi casa y no en la Feria Internacional del Libro de Santiago, que es donde lo compré. No, allí ni siquiera lo revisé. Lo compré, cargué con la bolsita y llegué a mi casa a revisarlo juntos al resto de mis adquisiciones.

Espero imaginarán mi desconcierto cuando al dejar mis nuevos libros sobre la cama en mi habitación, y darles un vistazo uno por uno, tomé éste grueso volumen esperando una cantidad enorme de texto, y en su lugar me encontré con ilustraciones y fotografías. La sorpresa, no obstante, fue de las buenas, y quedé aún más encantada con mi decisión de comprarlo.


Esta hermosa portada, que es la misma para todas las ediciones en los diferentes idiomas en que se ha traducido, me fascinó. El mecanismo allí representado me recuerda aún ahora a un globo aerostático, lo que me hace pensar de inmediato en Julio Verne.


Los bordes de las páginas asemejan a los marcos de las películas mudas en blanco y negro, lo que por supuesto tiene mucho que ver con el argumento del libro. 



Algunas de las ilustraciones, todas muy hermosas, que juegan un rol primordial en la historia. Es increíble estar leyendo y de pronto dar vuelta la página y encontrarse con una de ellas.



 La fotografía más conocida de A Trip to the Moon, película del ilusionista y cineasta francés Georges Méliès, que pese a ser parte de la cultura popular, su origen es escasamente reconocido.

Lejos de entorpecer la narración, esta original y entretenida presentación agiliza la lectura, además de resultar increíblemente atractiva en términos estéticos.
12 de noviembre de 2012

IMM #1

In My Mailbox es una idea que lleva ya bastante dando vueltas, y consiste básicamente en mostrar los libros nuevos que se van adquiriendo. El período de tiempo entre uno y otro es relativo, aunque en general es mensual; yo, por el contrario, lo haré cuando pueda, pues mis bolsillos no desbordan oro y no puedo darme el lujo de comprar libros todos los meses.

Este domingo recién pasado asistí con mi padre a la Feria Internacional del Libro de Santiago, un evento donde se celebra la cultura y la literatura. Después de no haber ido desde que era pequeña, se imaginarán la alegría que sentí cuando él me propuso asistir a la Feria el día de clausura. La experiencia fue hermosa y muy entretenida, tuve tiempo para hablar de muchas cosas, y en resumen pasé un día excelente. Fue allí donde adquirí los últimos libros que entraron a mi biblioteca personal, algunos comprados con mi dinero y otros regalo de mi padre.



Rayuela, de Julio Cortázar. 
Valor de Ley, de Charles Portis.
El león y el unicornio y otros ensayos, de George Orwell.
Así habló Zaratustra, de Friedrich Nietzsche. 
No es país para viejos, de Cormac McCarthy.
Cielo Rojo, de David Lozano Garbala.
La Invención de Hugo Cabret, de Brian Selznick.
Ready Player One, de Ernest Cline.
Silabario Hispanoamericano, de Adrián Dufflocq Galdames.

Los libros que compré en la Feria fueron los de Cortázar, McCarthy, Selznick, Orwell y Dufflocq, siendo este último un regalo para mi hermanito de tres años. El resto lo compré en diferentes ocasiones, y en general salieron de mi propio bolsillo. Las únicas excepciones son Así habló Zaratustra, que necesitaba para la universidad, y Cielo Rojo, que gané en un concurso en el blog Hojas Mágicas.


Mención especial al facsímil promocional con el primer capítulo de El Invierno del Mundo, de Ken Follett, y algunos de los marcadores que conseguí.

Entre los recuerdos de la Feria, conseguí un bonito estuche, un set de lápices pasta y una bolsita para llevar mis libros. La chapita era un regalo y venía con un folleto sobre Ecuador, el país invitado.




Canción de Navidad, de Charles Dickens

Cuando era pequeña, recuerdo haber visto una película sobre un fantasma que se aparecía a un hombre en su casa por la noche. Un fantasma que arrastraba gruesas y pesadas cadenas, que crujían y chirriaban a su paso. 


Cada Navidad veía la misma película, aunque no estoy segura si en algún momento supe qué era lo que estaba viendo. Me acordaba seguido del fantasma. Y creo poder asegurar que fue por él que un día, no sé cómo ni cuando, pensé: esto se llama Cuento de Navidad

 
Durante un tiempo, no pensaba en el fantasma. Su recuerdo, que me había acompañado durante tantos años, permaneció dormido en mi mente, hasta que un par de años atrás volví a reparar en él. Esto fue gracias a mi padre, que nos llevo a mi hermana y a mí a ver la película en una de nuestras salidas de fin de semana. Me gustó tanto y me emocionó de tal forma, que recordé la vieja película que alguna vez viera en la primera casa de la infancia, que hoy ha sido demolida y donde puede encontrarse un pequeño edificio en su lugar. Fue en ese momento en que, sin perder tiempo, compré el libro para leerlo en Navidad. 


Por distintos motivos, no llegué a leer el libro esa Navidad, ni tampoco las que siguieron. Al abrir el espacio del velador donde debían ir zapatos, pero que yo rellené con libros hasta el tope, y verlo allí esperando a ser leído, sólo podía suspirar y convencerme de que ya lo haría. Este año, por fin, he cumplido mi cometido. Y tal como había esperado, ha sido una experiencia hermosa. 


¿Quién no conoce esta maravillosa historia? Apenas si sabía dónde estaba parada cuando ya había visto una de sus tantas adaptaciones y la imagen del fantasma de Jacob Marley se grababa en mi mente – es cosa curiosa que me haya acordado más del fantasma, siendo que vi la película por primera vez en una casa donde todo el que entró, incluida yo, tuvo una experiencia con lo sobrenatural – para siempre. Es, sin duda, uno de los libros más conocidos que existen, y a la vez de los más desconocidos: siendo sinceros, no creo que mucha gente lo haya leído. Y es una pena, considerando lo feliz que me ha hecho sentir. 



Sinopsis 
Scrooge, un viejo avaro, es visitado en la Nochebuena por el espectro de su antiguo socio, y por medio de una serie de visiones del pasado, del presente y del futuro percibe cómo será su muerte. Un mensaje de hermandad, que recuerda aquellas palabras: "Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad". Refiriéndose a esta obra y su autor, Chesterton expresó: "La belleza, la verdad benéfica del relato... emanan de este amplio fuego de verdadera alegría que fue el corazón de Dickens". 

Opinión Personal 
Ebenezer Scrooge es un hombre de edad avanzada que ha amansado una gran fortuna y que, sin embargo, ha alejado a toda persona de su lado. Su avaricia y tacañería, producto de su amor por el dinero e incapacidad de comprender los sentimientos y problemas del prójimo, lo sumen en una soledad tan increíble como abrumadora. 


Jacob Marley, quien fuera su socio en vida, murió hace años y pese a que se da por entendido que fue su alma gemela – es decir, otro tacaño sin remedio – Scrooge continúa su trabajo sin pensar mucho en él. Pero es en Nochebuena cuando el mismísimo Marley se le aparece, advirtiéndole sobre la importancia de un cambio de vida y sobre la lección que recibirá de tres espíritus que le visitarán. 


Es a través de las enseñanzas de los espíritus de las Navidades pasadas, presentes y futuras, que Scrooge recuerda su propia felicidad en los momentos más duros de su infancia y juventud, sumido en la pobreza; que comprende el sufrimiento ajeno y logra empatizar con las personas; y que finalmente cae en la cuenta de las terribles consecuencias de su reprochable comportamiento. 


El cambio que se produce en el viejo Scrooge es conmovedor, y no sólo se entrega por completo a la generosidad y la alegría, sino que su inmensa soledad al fin se desvanece, y de ser un hombre ignorado y reprochado, pasa a ser uno de los mejores seres humanos que cualquier persona haya conocido, siendo capaz de ver por los otros y no sólo por sí mismo, y honrando como nadie la Navidad. 

En los tiempos de Dickens la Navidad no era ni la mitad de masiva que hoy en día. Era de hecho mal vista en muchos grupos, e incluso ilegal en algunos sitios de Estados Unidos. En un afán por recuperar ciertos aspectos perdidos de la tradición, muchos intentaron revivirla. Pero ninguno tuvo tanto éxito como Charles Dickens, quien convirtió esta tradición en una fiesta de generosidad, alegría y buena voluntad. Es entendido por muchos que Dickens es la Navidad. 


Es en la sencillez y la humildad donde encontramos el verdadero mensaje que quiso transmitir este prolífico autor, y que no sólo refiere a este celebración, sino a la vida misma: que sean nuestras intenciones más bondadosas y desinteresadas las que guíen nuestros actos, y que no sea el afán insaciable de poseer bienes materiales y la superficialidad aquello que nos controle. La verdadera felicidad se encuentra en las cosas simples, y debemos ser humildes al reconocer cuando hemos errado y nos hemos alejado de nuestro camino, y sobre todo, ser felices de acuerdo a nuestra propia naturaleza, sintiéndonos y actuando bien.

 Sobre el autor
Charles Dickens nació en Portsmouth, Inglaterra, el 7 de febrero de 1812. Escritor inglés, es reconocido como uno de los más grandes novelistas de la Época Victoriana, y creador de algunos de los personajes de ficción más memorables de la historia de la literatura. Entre sus obras más destacadas se encuentran Oliver Twist (1837-1839), Canción de Navidad (1843), David Copperfield (1849-1850), Historia de dos Ciudades (1859) y Grandes Esperanzas (1860-1861). Su última novela, El misterio de Edwin Drood, se vio interrumpida por su repentina muerte el 9 de junio de 1870, con sólo seis de las doce entregas completadas.






8 de noviembre de 2012

La Granja de los Animales, de George Orwell

Se suponía que yo debía leer La Granja de los Animales hace alrededor de cuatro años atrás, mientras seguía en el colegio. Por qué no lo hice, y si debía hacerlo a final de cuentas, no estoy segura. Tengo alguna clase de laguna mental al respecto.

Recientemente, un profesor de la universidad programó un seminario socrático y el tema de fondo era precisamente este libro. Simplemente con una vaga sensación de su argumento, me emocioné al reconocer al nombre del autor, famoso por su aporte al mundo de la literatura por sus novelas distópicas.

De alguna manera el tiempo se me escurrió y terminé leyendo La Granja de los Animales hoy, el mismo día del seminario. Y Dios sabe el inmenso placer que me produjo su lectura, y la inmensa frustración al pensar que nunca reparé en él antes.


Sinopsis
Cuando los animales se apoderan de la granja, ellos piensas que es el comienzo de una vida mejor. Su sueño es con un mundo donde todos los animales son igual y toda la propiedad es compartida. Animal Farm es un poderoso estudio sobre el uso y abuso del poder.

Opinión Personal
La novela comienza con Jones, el granjero, regresando a su hogar borracho una noche. Manor Farm, que en algún tiempo fue próspera, pasa por un período difícil. Los animales, que han trabajado como esclavos para Jones toda la vida, sufren maltrato y escasez. Es durante esta noche que Old Mayor, el cerdo más viejo y sabio de la granja, convoca a todos los animales a una reunión nocturna esa misma noche, con el fin de relatarles su sueño.

Antes de morir, Old Mayor implanta en los maltratados animales la idea de la revolución. El Humano, dice, es el único enemigo y los animales no deben replicar sus vicios. Todos los animales son iguales, camaradas. Los animales deben rebelarse contra la mano opresora: apoderarse de la granja, vivir en igualdad, trabajar para sí mismos y que el fruto de su esfuerzo no sea para alimentar al hombre tirano.

Tras la muerte de Old Mayor, y antes de lo que cualquier animal pudiese prever, la Revolución comienza y Jones es expulsado. Una nueva sociedad y un nuevo sistema comienzan a gestarse.

Los animales conocen por fin el sabor de la libertad y la prosperidad, y bajo el liderazgo de los cerdos, las criaturas más inteligentes de la granja, todo marcha sobre ruedas. Con los planes para el lujo, prosperidad y educación para todos de Snowball, uno de los cerdos más influyentes y cabeza de la granja, los frutos de la Revolución comienzan a ser visibles. Hasta que es expulsado y condenado al exilio por Napoleon, otro cerdo, quien asume el mando e instaura un régimen del terror, contrario a por cuanto los animales habían luchado.

Los cerdos se instalan como la clase superior, gozando de grandes privilegios, poseedores de la mayor inteligencia y retórica. Contando con la ignorancia, el conformismo y la indiferencia del resto de los animales como puntos a su favor, son capaces de manipular las mentes de todos y cada vez beneficiarse más con el fruto del esfuerzo de los obreros, incluso cambiando las leyes a su favor.

Es así como, a final de cuentas, los cerdos no sólo terminan fraternizando con el Humano, tan repudiado a principios de la Revolución y la que ahora no parece más que un recuerdo, sino que pareciéndose a ellos y replicando cada uno de sus vicios.

La Granja de los Animales es una novela alegórica. George Orwell declaró que cada situación y cada personaje del libro refleja lo sucedido en Rusia durante la Revolución, el ascenso de Iosif Stalin y su régimen durante el período anterior a la Segunda Guerra Mundial. Eso es claro desde el primer momento en que se comienza con la lectura. Aún así, pese a aludir específicamente a hechos históricos, Orwell nos sorprende con la vigencia de sus palabras y cómo hoy en día el mundo sigue tendiendo a la estratificación social, la injusticia, la corrupción, la ambición, la codicia y la sed de poder.

Vi cumplidas mis expectativas respecto a la calidad de la novela, y aunque la he disfrutado enormemente, no puedo menos que sentirme agobiada ante la realidad. El futuro no parece brillante, y no creo que alguna vez la humanidad realmente cumpla los grandes sueños de libertad e igualdad, porque tal como el cínico y pesimista burro Benjamin decía, la vida seguirá siendo como siempre ha sido: un desastre. 


Sobre el Autor
George Orwell fue un escritor y periodista británico nacido en la India en 1903. Valiéndose de su experiencia en la guerra y la rebelión, y su tendencia socialista extremadamente crítica, escribió novelas, ensayos y poemas que pasaron a la historia. Sus novelas más importantes son La Granja de los Animales (1945) y 1984 (1949), las cuales han influido hondamente en el concepto de la distopía y la concepción del mundo y la sociedad.

3 de noviembre de 2012

Grandes Esperanzas, de Charles Dickens

Charles Dickens es de esos autores que todo el mundo parece haber leído excepto yo. No sé por qué nunca me llamó mucho buscar algo suyo, y realmente hasta hace un tiempo la única obra que realmente conocía era Canción de Navidad. Podría decirse que el último empujoncito que me animó fue la miniserie The Mystery of Edwin Drood, y no tardé mucho en cumplir con mi propuesta de conocer a un nuevo escritor para mí.

¿Por qué decidí comenzar con Grandes Esperanzas? Bueno, tal vez por la bonita portada de la edición de la Editorial Alba (no siempre soy así de superficial) o tal vez sólo porque el nombre fue el primero que se quedó rondando en la mente. De cualquier modo, en cuanto tuve ocasión, se lo pedí a mi padre y ya que nos vemos una vez a las mil quinientas, me dio en el gusto. No perdí tiempo en comenzar con la lectura, ansiosa de agregar un título más a la lista de libros bien elegidos.

Sinopsis

Pip, un niño huérfano y medroso, tiene un terrorífico encuentro con un preso evadido al que se ve obligado a procurar víveres y una lima. Poco después, es llamado a la tenebrosa mansión de una rica y recluída dama como compañero de juegos de una niña seca, hermosa y altiva; allí, el huérfano aprende, por primera vez, que sus manos son bastas y sus botas demasiado gruesas. Poco después, aún, entra en posesión de una misteriosa fortuna que pone en sus manos un benefactor secreto que desea hacer de él un caballero.

Opinión Personal

El terrorífico tropiezo de Pip con el preso fugado, si bien en un principio parece un asunto terminado una vez le procura ayuda y se separa de él, tiene un fuerte impacto en su vida. A medida que la trama va desenvolviéndose, es posible notar que este hecho afecta no sólo su futuro inmediato, sino también el distante, y de las formas más inimaginables. Este es el primer suceso fundamental de la novela.


El segundo suceso fundamental es su visita a la casa de una envejecida y rica dama, la señorita Havisham, recluida en su propio hogar. Es en este lugar donde conoce a Estella, una muchacha fría y orgullosa de quien se enamora perdidamente.


Durante su infancia, Pip vive en una pequeña villa rural con su hermana y su marido, Joe Gargery, un herrero. Su diario vivir está marcado por el maltrato, siendo su cuñado su único amigo y confidente, y la única figura paterna que conoce. Podría decirse que pese a esto, su vida transcurre lo más felizmente posible y que Pip ve con esperanza el momento en que se convertirá en el aprendiz de Joe en la fragua. Ahora bien, luego de sus constantes visitas a los aposentos de la señorita Havisham y de su creciente interés por Estella, su visión del mundo resulta totalmente trastocada. Sus antiguos anhelos quedan enterrados en el pasado, y desea convertirse en un caballero, con el fin de cautivar a dicha muchacha, quien crecerá para convertirse en una dama.

Y entonces, es un misterioso benefactor quien viene a sacarlo de su situación actual de aprendiz de herrero, heredándole una cuantiosa fortuna, expresando su deseo de verlo convertido en un caballero y cómodamente instalado en Londres.

Los capítulos iniciales se me hicieron un poco lentos, mientras me acostumbraba al estilo narrativo de Dickens, pero en general la novela se lee rápidamente. No obstante, no es en absoluto sencilla, y existen infinidad de temas y situaciones que cabe destacar. Entre algunos de estos temas se encuentran: el paso a la madurez, las diferencias en las posiciones sociales, el sufrimiento, la disconformidad, la indiferencia y la importancia de ser uno mismo. Llamó especialmente mi atención la disconformidad, cómo Pip al dejarse influenciar por la forma de vida de la señorita Havisham y su hija adoptiva Estella, comienza a sentirse agobiado por su aparentemente inevitablemente vida como humilde herrero, deseando con fervor una posición mayor en la escala social. Durante este tiempo, y a falta de madurez y experiencia, Pip me parecía más y más malagradecido y me costaba seguir sintiendo por él el cariño inicial. Sin embargo, a medida que sufre las consecuencias de sus expectativas y comienza a ver el mundo a través de los ojos de un adulto, comienza a ser más humilde, darse cuenta de los errores que ha cometido y añorar en parte su antigua vida. Para este punto, por supuesto, ya se había ganado mi corazón nuevamente.

La cantidad de hilos que se entrecruzan en esta enredada trama me sorprendieron considerablemente, y de la mejor manera. Me encontré con personajes de las más variadas clases, de los que no me costó encariñarme, exceptuando algunos, como por ejemplo, Estella. No creo que exista en la historia de la literatura un personaje al que le haya tomado mala más rápido, ni siquiera a Annie Wilkes cuando leí Misery de Stephen King le hice la cruz con semejante velocidad. Pero hacia el final su actitud es menos reprochable, y al igual que Pip es un personaje bien desarrollado, redondo. Entre mis favoritos podría contar a muchos, pero creo que me quedo con Joe Gargery y con Biddy. Con Joe por su increíble bondad, y con Biddy por su sencillez y sacrificio.

Me llevo una excelente primera impresión del señor Charles Dickens, con una historia inolvidable, personajes muy coloridos y palabras hermosas. Me sacó unos lagrimones de cocodrilo en innumerables ocasiones, embargada por la emoción. Aun así, destaco de que no es una novela precisamente feliz y que en general su tono es bastante triste, lo que para mí es sólo un punto más a favor. En cuanto a los finales, mi libro trae el final original como apéndice, y lo prefiero al revisado que suelen traer otras ediciones. Quizás porque me parece mucho más realista respecto al resto de la novela, con su sensación amarga pues Pip y Estella no terminan juntos ni explícita ni implícitamente, pero a la vez dulce porque es posible descubrir el desarrollo y la madurez en sus actitudes.

De adaptaciones hablaré en otra ocasión; hay muchas antiguas que me gustaría ver, y de las recientes, espero con ansias el estreno de la película dirigida por Mike Newell. Vi el primero de tres capítulos de la adaptación que la BBC realizó el 2011, y sólo puedo decir que tenía preciosas escenografías, juegos de luces, vestuario y demás frivolidades. En lo referente al argumento, puedo decir que bastantes personajes me parecieron infinitamente más odiosos que en la novela (incluso algunos que habían sido agradables o graciosos desde el principio) y no tiene gracia ver algo que a uno le hace gritar en inglés al televisor a las dos de la mañana.


 Sobre el autor
Charles Dickens nació en Portsmouth, Inglaterra, el 7 de febrero de 1812. Escritor inglés, es reconocido como uno de los más grandes novelistas de la Época Victoriana, y creador de algunos de los personajes de ficción más memorables de la historia de la literatura. Entre sus obras más destacadas se encuentran Oliver Twist (1837-1839), Canción de Navidad (1843), David Copperfield (1849-1850), Historia de dos Ciudades (1859) y Grandes Esperanzas (1860-1861). Su última novela, El misterio de Edwin Drood, se vio interrumpida por su repentina muerte el 9 de junio de 1870, con sólo seis de las doce entregas completadas.






26 de octubre de 2012

Citas memorables


Sabe el cielo que nunca debemos avergonzarnos de nuestras lágrimas, porque son la lluvia que limpia el polvo cegador de la tierra que cubre nuestros endurecidos corazones.

Grandes Esperanzas (1860-1861)
Charles Dickens, escritor inglés. 
26 de septiembre de 2012

El Hombre en el Castillo, de Philip K. Dick

Conozco a Philip K. Dick desde pequeña, gracias a mi padre. Podría decirse que crecí con él, pero no llegué a comprenderlo hasta que alcancé el nivel justo de madurez, que sólo el tiempo pudo darme.

Recibí este libro como regalo de Navidad el año pasado. No lo tomé en cuenta durante todo este tiempo simplemente porque tenía otros pendientes que terminar antes de comenzar con él, así que me limité a escribir su título junto a otros tres en un Post-it y pegarlo en la puerta de mi clóset. Decidí que sería el último, puesto que conozco cuán denso es Philip K. Dick. 






Sinopsis
El Eje ha derrotado a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos ha sido invadido y divido entre los vencedores, donde los nativos son ciudadanos de segunda clase pese a que su cultura es admirada, hasta el punto de que la venta de antigüedades americanas como relojes de Mickey Mouse o chapas de Coca-Cola se ha convertido en uno de los mejores negocios.



Mapa político del mundo dentro de la novela.


Opinión Personal
Adolf Hitler, quien se encuentra incapacitado por sífilis cerebral al final de la guerra, es sucedido por Martin Bormann, quien crea un imperio colonial para incrementar el Lebensraum nazi (hábitat, o espacio vital). En el principio de la novela, Bormann muere, dando inicio a una serie de intrigas internas para asumir el poder como nuevo Reichskanzler.

Carente de un protagonista definido, conocemos la situación mundial actual a través de una serie de personajes diferentes sumamente reales. Seguimos, pues, varias líneas argumentales interconectadas, donde algunos personajes llegan a conocerse directamente, mientras otros sólo interactúan de forma indirecta.

Cuando terminé el libro hace unas horas, mientras seguía siendo martes, me encontré llena de sensaciones que iban desde la angustia y la tristeza, a la admiración y satisfacción. Tal es el efecto que este autor tiene en mí.

Mientras más avanzaba con la lectura, más me convencía de la complejidad de la obra de este, lamentablemente, poco conocido autor. El Hombre en el Castillo es un libro complejo, por muchos motivos. Es una historia alternativa, donde Philip K. Dick nos muestra cómo podría haber sido el mundo con un realismo sorprendente, a la vez que terrorífico.

Todo el complot político, el racismo no sólo hacía los judíos, sino que hacía los japoneses y los blancos, la justicia e injusticia, la vergüenza de tener orgullo nacional por parte de los ciudadanos estadounidenses, la espiritualidad y el cuestionamiento de la realidad, la matanza producto de la constante sed de poder, entre otros, son los temas que componen esta novela, considerada por muchos como una de las mejores obras de Philip K. Dick y la obra de historia alternativa por excelencia. De hecho, la BBC comisionó una adaptación en cuatro partes, a cargo de Howard Brenton y Ridley Scott, el último como productor ejecutivo.

Me sentí agobiada por esta realidad, no sólo por su increíble inestabilidad, sino porque es algo que pudo haber ocurrido realmente, en "nuestra realidad", si bien no de la misma forma. Lo que no deja de ser espantoso, pues es algo tan cercano, tan latente. Consiguió provocarme un dolor de cabeza y una depresión momentánea que me quitó las ganas de todo por un par de días.

Me gustaría destacar además el I-Ching dentro de la novela, el cual es usado como guía por algunos de los personajes y por el mismo Hawthorne Abendsen, el epónimo Hombre en el Castillo, y autor del libro dentro del libro, La lagosta se ha posado. Este libro es, también, una historia alternativa donde los Aliados ganaron la guerra, aunque difiere de nuestra historia. No puedo decir mucho más al respecto, pero sí que el mismísimo Philip K. Dick usó el I-Ching como aparato literario; la novela está escrita en base a las consultas que realizó al  Libro de los Cambios y que decidieron el rumbo del argumento.

Me es imposible quedarme con un sólo personaje: simplemente no puedo. Por el contrario, atesoro en mi memoria el libro completo y su sabiduría que bordea lo místico.

Sobre el autor
Philip K. Dick nació en Chicago en 1928 y residió la mayor parte de su vida en California. Creador precoz, empezó a escribir profesionalmente en 1952 y llegó a publicar un total de treinta y seis novelas y cinco colecciones de relatos a lo largo de su vida. Entre sus obras más influyentes se encuentran El Hombre en el Castillo (1962); ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), obra en la cual está basada la película Blade Runner, de Ridley Scott; Ubik (1969) y Fluyan mis lágrimas, dijo el policía (1974).




 

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